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Enseñar a Estudiar

El éxito de nuestros hijos o su fracaso en el sistema escolar no tiene que ver únicamente con la labor del centro donde estudia sino también con el ambiente que se vive y aprende en el seno familiar. En una casa en la que no se impone una disciplina académica, no se favorece un ambiente de estudio y no se fomenta el aprendizaje, el niño se verá poco motivado.

¿Cómo enseñar a aprender a estudiar?

Aunque a veces lo dudemos, los niños escuchan a los padres y por lo general imitan sus patrones de conducta. Así pues, en nuestra labor como padres es fundamental procurar proyectar nosotros mismos la imagen que queremos que adopte nuestro hijo. Si queremos que se esfuerce en sus labores, que sea dedicado y constante tendremos que explicarle el valor y la recompensa del trabajo bien hecho y reforzarlo con nuestro propio ejemplo. Por otra parte, si queremos infundir una conducta también es esencial fomentar un canal de comunicación fluido con el niño y explicarle el valor de esa conducta. Por tanto, tendremos que explicarle el valor que tienen el aprendizaje y el conocimiento que adquiere en el colegio para crecer como persona.motivado a explotar todo su potencial; por tanto es fundamental reforzar la labor académica del niño, no solo en el colegio sino también en el hogar.

En el mundo de televisión, internet, móviles y videoconsolas en el que vivimos, un hábito muy importante a fomentar en los niños es el de la lectura. La lectura enseña concentración, paciencia, lenguaje e imaginación. Todo esto son cualidades que tendrán un gran valor a la hora de sentarse el niño a estudiar y que cada día se están perdiendo más. El hábito de la lectura es profundamente enriquecedor en todos los aspectos de nuestra vida.

Una vez sentadas estas bases, tendremos que organizar y fomentar un ambiente de estudio en casa para que estas costumbres y conductas se arraiguen en su persona. Las siguientes son algunas recomendaciones útiles sobre cómo lograr un ambiente positivo de estudio:

  • Espacio de estudio: Es esencial establecer una zona de estudio que siempre ha de ser la misma. Esta zona dispondrá de una mesa de estudio, una silla cómoda y suficiente iluminación (a ser posible natural). La temperatura deberá ser buena ya que el calor adormenta y el frío impide la concentración. Se procurará tener el lugar ordenado y libre de distracciones.
  • Horario de estudio: Es importante establecer un horario fijo de estudio adaptado al horario del niño y sus actividades. El disponer de un tiempo dedicado todos los días favorece un hábito que ayudará a llevar el trabajo al día y evitar agobios de último momento. Tendremos que valorar las tareas pendientes y enfrentarlas por nivel de dificultad e inminencia. Es una buena costumbre  empezar con las materias más complicadas y dejar las más fáciles y “ociosas” para el final cuando el niño ya está más cansado. También es buena idea descansar unos cinco minutos después de cada 50 minutos de estudio para relajar la mente y volver a coger fuerzas. Es importante como padres asegurarse de que este horario se cumple para arraigar esta costumbre en nuestro hijo. Si no tiene nada que estudiar un día, deberá aprovechar este rato fijo para enriquecerse con otros conocimientos a través de la lectura de artículos de interés seleccionados previamente por el centro de estudio o los padres. El niño acabará comprendiendo este momento del día como un momento de enriquecimiento personal y de conocimientos.
  • Elementos de Referencia: Es importante poner a disposición de nuestros hijos en su zona de estudio elementos de referencia a los que pueda recurrir en caso de dudas o de no comprender algún tema o algún término. Podemos ofrecerle acceso limitado a internet, diccionarios, enciclopedias etc.

Otra clave importante para inculcar en nuestros hijos el hábito de estudio es tomar parte en la labor y “enseñarles a aprender”. Esto se puede lograr de la siguiente manera:

  • Participación: Como padre es importante mostrar interés por lo que aprende el niño y sacar un momento para comentarlo y analizarlo juntos. Si por ejemplo el niño está estudiando La Revolución Francesa, pues sacar un momento para hablar del tema, comentar los que sabemos nosotros y preguntarle para que nos cuente él lo que ha aprendido. Esta participación activa con el niño le animará a estudiar más para poder demostrarnos lo que ha aprendido.
  • Técnicas de estudio: Es importante enseñar a nuestros hijos a tratar la información que están leyendo y estudiando. Habrá que enseñarles a subrayar, esquematizar y quedarse con lo importante para luego realizar sus propios resúmenes en palabras que ellos comprendan bien y que les ayuden a interiorizar el concepto. Estos resúmenes servirán para asimilar la información y para repasarla en su debido momento. Todo esto no es tarea fácil y requiere una participación activa por nuestra parte hasta que nuestro hijo comience a hacerlo de forma autónoma y eficiente. Podremos hacerles preguntas para que ellos mismos vayan defendiendo lo que han aprendido y asimilen sus conocimientos. Les podemos ayudar también con el aprendizaje de reglas mnemotécnicas que les ayuden a memorizar y recordar palabras, números o conceptos complicados.

Recordemos que con un buen ambiente de aprendizaje, esfuerzo, dedicación, constancia y disciplina, los niños pueden desarrollar todo su potencial para mejorar su rendimiento académico y sentar las bases de sus conocimientos futuros.

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